¿En qué consiste y cómo se aplica?

La Terapia de Polaridad trabaja mediante contactos de presión (tamas), movimiento (rajas) y reposo (satwa) en áreas específicas y puntos de tensión  localizados en la estructura corporal. La polarización de estos contactos activa y estimula la propia capacidad y recursos del organismo para liberar y desbloquear dichas tensiones. Al eliminar el dolor y la tensión física, como consecuencia, también se libera la tensión emocional y mental, creando patrones de conducta mucho más saludables conscientes y coherentes. La Terapia de Polaridad propone, a través de dichas tensiones, iniciar un proceso de transformación consciente en el que el se adquiere mayor autoconocimiento y comprensión, considerando la salud como expresión de nuestro ser esencial.